lunes, 7 de marzo de 2011

El detonante

Mi inocencia - estupidez siempre fue mi mejor escudo contra los ataques de otros de la misma manera en la que sospecho que fue la razón por la que me hacia blanco de ellos. Nunca he tenido muchas luces, para que negarlo, nunca he podido seguir ciertas normas sociales porque simplemente no las entiendo y en cuanto a mi apariencia, pues vaya, no crecí precisamente con el tino de la naturaleza.

La escuela me marco distinto de acuerdo a la etapa. Ya hable de la educación básica y no tengo ganas de hablar de la media así que me saltare a hablar de aquella crucial etapa conocida como preparatoria. Esa tortuosa etapa a la que siempre le di menos importancia hasta que hablando con una amiga, la única que conservo de ese entonces, me di cuenta de que al parecer sucedió ahí el detonante de mi afán de apartarme del mundo.

Tenia 16. Ya tenia experiencia tratando con ciertas burlas y acoso. No lo entendía del todo y no me importaba demasiado. Estaba feliz porque iniciaba una nueva etapa que me permitía dejar la anterior que se había complicado por lo que fuera. Entre a una escuela donde todo era nuevo y eso, lejos de darme miedo, me hacia entusiasmarme. A sabiendas de que nunca seria el alma de la fiesta, decidí que no me cerraría a los demás y seria amable. Un plan perfecto, un nuevo yo.

No le note la primera vez pero creo que fue porque decidió notarme a mi primero. No le vi nada de malo, cuando se presento y me pregunto mi nombre. Perfecto, el plan funcionaba, una nueva amistad en camino. Me hizo gracia su insistencia, me halago su amabilidad y si nos hicimos compinches enseguida. Seguramente me hubiera alejado si hubiera sabido los problemas que su cercanía iba a causarme pero obviamente, no lo supe y no me aleje.

Nos volvimos pareja. Dudo que haya sido algo real y aseguro que fue esa clase de amor idiota que te brota la primera vez que sucede y que fue mucho peor porque eramos adolescentes. No importa ya. El problema fue que a muchas personas pareció molestarles, ¿como podía esa persona tan normal estar al lado de esta otra tan rara? Inaceptable. El problema se agravo porque no solo era normal sino el alma de la fiesta y como tal, tenia un pequeño ejercito que le reclamaba para uno de sus miembros y yo estorbaba y estorbaba bastante.

La manera de hacerme a un lado fue aplastar mi autoestima y confianza sin reparos. Mi integridad física se vio amenazada un par de veces. Ese pequeño ejercito inicio una ronda de ataques diarios hasta que no pude mas y estalle, por supuesto, en su contra. Sin gritos ni agresiones solo unos celos asfixiantes que dejo que le torturaran un par de días antes de dejarme. Celebraron con gusto su victoria y yo me sentí mas que miserable.

Ojala los ataques hubieran acabado ahí pero creo que la costumbre ya estaba arraigada. Se volvieron peores y fueron aderezados por su continuo recordatorio de mi reciente soledad. A veces creía que se debían a que aquella persona pese a su normalidad, seguía queriéndome. Intento acercarse muchas veces de nuevo pero no se lo permití. Su presencia me ponía en mas peligro y yo solo quería paz. Me complace al menos saber que aquel miembro de ese ejercito que había iniciado todo para "conseguir su amor" jamas pudo conseguirlo: se lo agradecí infinitamente, aun hoy lo hago. Me gusta pensar que todo ese tiempo seguimos juntos a la distancia y que nuestra separación física era bastante justificada por el miedo infantil que puede provocar una turba de adolescentes crueles. Solo tres amistades me quedaron de esa etapa y al final solo una: entiendo que nadie quisiera meterse en el fuego cruzado y no les culpo.

Fui muy feliz cuando salí de ahí y por supuesto, salí para esconderme. Ya no mas amistades que se convirtieran en amores y en problemas. La soledad me garantizaba paz, al menos.

viernes, 4 de marzo de 2011

Días sin salir

Ya es viernes y no he salido más que para trabajar desde el lunes. El martes vi a mi amor platónico solo de lejos, es cierto pero obviamente también es trabajo. Me la he pasado fantástico en mi quehacer solitario sin interrupciones más que las habituales de mis contados compañeros de trabajo (con los que hablo relativamente poco) y con la visita de una de mis pocas amigas que siempre me anda queriendo animar a que viva un poco. Nunca me había pesado tanto esta rutina hasta que hoy, al mirarme al espejo ya de noche, me han dado ganas de salir a algún lado. Seria agradable ir a una fiesta aunque no se bailar y quizás me la pasaría ansiosa y roja todo el tiempo. Convivir con otras personas, escucharlas, reírme con ellas. Podrá ser eso posible? Me ha nacido tan el impulso que he tomado el teléfono. "Lo haré, lo haré", me dije y entonces desperté de aquella fantasía al descubrir que Oh tristeza! A quien llamo? El costo de esta rareza mía, de esta timidez excesiva es que no tengo mas que un par de amigos: todos ocupados o con pareja.

Que esto me sirva para salir adelante y ya no cerrarme a conocer nuevas personas.

jueves, 3 de marzo de 2011

No hay nada malo conmigo

Hoy al levantarme y mirarme al espejo por primera vez en mucho tiempo me he visto como una persona normal. No hay nada malo conmigo. No soy ese monstruo deforme que creo ser la mayoría del tiempo. Mi rostro no es un prototipo de simetría y belleza es cierto pero tampoco soy un engendro abominable que tenga que cubrirse el rostro para salir afuera. No soy una mala persona. Me merezco una oportunidad, como todos.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Acoso Bullying Mobbing 2

Revivir mi primera experiencia de bullying fue más fuerte para mí de lo que había supuesto. Creo que llegué a bloquearla porque nunca tuve intención de escribirla y aún así cuando empecé a hablar del asunto hace días salió casi sola de mi boca, se escribió sola usando mis dedos. Mi entrada de aquel día no iba a revivir recuerdos del pasado, iba a servirme para depurar la mala situación del día y dejarme seguir adelante. En cambio mi subconsciente me llevo a rememorar ese asunto que empaño mi feliz paso por la educación básica y esas pequeñas sombras que ennegrecieron mi confianza en mi pero ¿realmente se merece esa situación un pedazo de mi vida? No, no debe. Es momento de seguir adelante así que me despido de ello. ¡ Adiós mal recuerdo escondido y aumentado, no puedo borrarte y ya no voy a esconderte pero ya no vas a importarme!

martes, 1 de marzo de 2011

Empatia

Me atreví a confesarle a una amiga el pavor que me da socializar. Tiene mucho tiempo que nos conocemos y aun así parece que se ha sorprendido mucho porque me ha mirado con una cara de "estas bromeando" que solo quito cuando le explique con mas detalle que estaba hablando bastante en serio. Ella es tan buena persona que he llegado a creer que realmente no se había dado cuenta de mi extrema rareza o no le puso mucha atención al menos.  Ha sido mas comprensiva de lo que hubiera imaginado e incluso ha tenido el detalle de no asustarse por mi sonrojo extremo al confesarlo. Me dio muchos ánimos diciéndome que debo intentarlo, que ella sabe que puedo hacerlo pero lo mas sorprendente ha sido que al final me dijo que a ella a veces también le da un poco de miedo conocer y tratar nuevas personas. Yo me quede en shock en ese instante y ella continuo diciéndome que cree que puedo vencer ese pánico que siento y superarlo pero que no crea que no todos sienten un poco de ansiedad al conocer a nuevas personas. Sus palabras me sirvieron mucho, especialmente para darme cuenta de que no soy tan caso perdido como creía.  Y si, definitivamente seguiré su consejo. Definitivamente voy a intentarlo.