Quiero quitarme esta odiosa sensación de haber sido víctima de hostigamiento con toda la intención de esa persona. Es el colmo que suceda de manera laboral, es más doloroso. Estaba en un grupo numeroso por lo que no pude saber quien es realmente pero sé que es el o la misma de siempre porque reconozco su voz, sus ganas de molestar. Patéticamente no sé si ni su genero porque siempre finge la voz para decir lo que quiere de tal manera que no sé si es un hombre haciendo la voz más aguda o una mujer haciéndola más grave.
Tenía mucho tiempo que no me pasaba. Me gustaría decir que años pero no es así; si acaso meses. Fue uno de los regalos que me trajo el ser una persona adulta, uno que agradecí mucho: el bullyng finalmente se había acabado porque ya no había más escuela.
El acoso psicológico siempre ha estado presente en mi vida, aunque muchas veces lo note, aunque otras tantas lo creí normal al crecer con él. En mi familia recuerdo que desde que tuve razón un tío y sus hijos se reían de mí, por mi físico. No creo que lo hicieran con mala intención, solo era su manera de ser pero me dejo una gran marca en mi niñez. Esa marca se hizo más grande y se grabo para siempre cuando los otros dos miembros de mi generación familiar, con mi misma edad y de mi mismo género, decidieron empezar una época, que duro años, en la que me restregaban su belleza y hacían hincapié en mi falta de la misma. No mentían, debo aceptar, siempre poseyeron una belleza nata, una guapura innegable pero al recalcarme que no era su semejante en ese aspecto me hicieron sentir peor que un pato feo, un monstruo deforme. Años después cuando finalmente crecí y me atreví a mirar las fotos de mi niñez entendí que no era ese monstruo deforme que ellos decían; esta bien, no poseía su gracia o tenía los mejores atributos de la familia pero no era una fealdad a tal extremo como siempre me había sentido, al menos no a esa edad porque el paso del tiempo había empeorado las cosas.
Como una de esas extrañas cosas que jamás podré entender, en mi educación básica no sufrí un rechazo como el que ese par de parientes me regalaron y tampoco (o no creo) bullying. Fuera de las fiestas, reuniones o visitas familiares donde veía a esos parientes a los que llegue a evitar con un poco de temor o aprensión, me sentía una persona muy normal y en la escuela incluso creo poder decir que tenía un poco de éxito. Por supuesto me convertí en el nerd más inteligente de la clase pero eso, lejos de ser un problema, en esa escuela era bastante respetado. Había un par de personas que hablaban mal de mi, lo recuerdo, pero lo hacían en cuchicheos envidiosos para los que bastaba que yo los mirara (sin amenaza solo una mirada cualquiera) para que se callaran enseguida. Jamás me eligieron para llevar una corona representando a la belleza o al porte pero siempre tuve como amigos al más gracioso, a la más sociable, al más guapo y a la más bonita e incluso uno de ellos acabo siendo mi primer amor infantil, sí correspondido. Todo estaba muy bien o al menos se sentía de esa manera.
El problema inicio cuando la educación básica se acabo y avance al siguiente nivel y, por ende a otra escuela. A veces creo que el respeto que tuve en la primera fue gracias a mis padres, personas muy reconocidas, queridas y respetadas para todo el entorno. Al cambiar de escuela y cambiar de entorno esa protección se acabo; se acabo ahora que recuerdo incluso unas semanas antes no sé por qué, uno de los últimos días antes de cambiar de escuela sufrí una de las peores situaciones que he vivido aún hasta ahora: un chico y una chica, menores que yo al menos un año año me arrinconaron al salir de la biblioteca (que estaba en el área más alejada de la escuela) y me dijeron que yo les gustaba por lo que querían ser mi novio y novia respectivamente. Yo les dije que era una broma terrible (yo tenía además mi inocente primer amor infantil si correspondido en ese momento que, parece mentira pero es cierto, acababa de mudarse) y que no sabia porque decían eso. Ellos me dijeron que era en serio, se rieron y yo me asuste. Intente irme pero no me dejaron y entonces me abrazaron, uno enfrente, uno atrás de mi, ambos demasiado cerca, lo más cerca que podían, aplastándome. Eran niños y jamás podré entender porque lo hicieron pero se frotaron un poco contra mí de manera... rara, muy rara, muy fea, muy incomoda y repulsiva y yo grité hasta que una maestra (mi maestra favorita para mas horror) apareció del otro lado del pasillo y grito que pasaba. Los dos me soltaron al momento y se alejaron, no lo suficiente como para evitar que la maestra les preguntara que que estaban haciéndome (creyó que me habían pegado supongo), los castigara y me alejara de ahí, tomándome del hombro. Esas últimas semanas fueron terribles porque sucedió eso varias veces más a tal grado que deje de ir a la biblioteca (¡Mi amada biblioteca que años después fue destruida para hacer un salón extra y a la que jamás podre regresar por eso!) pero ese par se las arreglo para encontrarme a solas al salir del baño, al irme a casa, al llegar tarde, al salir por encargo del maestro. Aquella buena maestra que ahora caigo en cuenta debió de suponer que algo andaba muy mal me rescato varias veces pero siempre estuvo lo suficientemente lejos para no darse cuenta de lo que hacían. Supongo que descarto que me golpeaban porque sí llegó a preguntarme lo que me hacían y por que tenía tanto miedo. Yo perdí mi oportunidad de explicarle el porque de mi temor cuando le conteste, y lo recuerdo perfectamente, "Me abrazan, me aprietan y no me gusta" . Ella me miró como si no entendiera porque un abrazo me ponía casi al borde del pánico y no dijo nada. Fue la primera y última vez que hablamos del tema, las vacaciones de verano iniciaron en los siguientes días y jamás regrese a esa escuela.