Después de ese día, seguí asistiendo a ese lugar con la esperanza de verle. Nos seguimos encontrando por supuesto y la amabilidad con la que me siguió tratando me ayudo a formar ideas tontas en mi cabeza. Hay días en el que verle solo unos minutos es suficiente para alegrarme el resto de la semana y otros en los que una frase amable que sale de su boca se repite una y otra vez en mi cabeza haciéndome fantasear con escenarios imposibles donde salimos a una cita. Con el paso del tiempo nuestro trato ha avanzado hacia una camaradería que me gusta pensar que se acerca a la amistad, nunca fuera del ambiente laboral claro esta.
Ahora que he buscado a mas personas con tendencia a la fobia social, este amor platónico que tengo se me ha presentado desde otra perspectiva. No soy la única persona que hace esto y tampoco la única persona que construye castillos sobre el aire pero debo ser realista. No solo resulta ser patético sino que al final empiezo a sospechar que me hace daño fantasear con una persona que solo esta siendo amable conmigo y a quien no le intereso, ya tiene pareja o lo que sea. Me asusta un poco darme cuenta de cuantas veces debo de haberme visto mal, sobre reaccionado o etcétera. Debo de poner los pies sobre la tierra y deshacerme de ese sentir. Debo de, por mi propia salud mental y en beneficio de la vida amorosa que no tengo pero seria agradable tener.
Hoy le he visto nuevamente mientras pensaba en todo eso. Me saludo usando, por primera vez, un diminutivo de mi nombre que me gusta mucho. El corazón me salto casi a la garganta y me sonroje con todo mi potencial; para colmo no he podido contestarle el saludo porque estaba lleno de gente. Me di la vuelta para que no viera mi cara y me aleje a toda prisa, apenas haciéndole un gesto con la mano para que supiera que no quería ignorarle y sintiéndome bastante miserable por ello.
Voy en camino de superarlo, lento pero voy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario