Cuando debo de ir a una reunión pienso lo bueno que seria si pudiera escribir en el camino, antes de llegar, mientras se desarrolla la reunión o vivo mi primer sonrojo de la tarde pero me es imposible. Quiero comprarme un celular fino solo para eso, para poder apoyarme en el desahogo constante mientras sucede.
Esta última vez he repetido una y otra vez en mi cabeza como me sentía con el afán de escribirlo aquí y leerlo más tarde. No suena tan grave una vez que ya sucedió pero en el momento retrase todo lo posible mi llegada a dicha reunión; me sudaban las manos (como siempre), me sonroje al llegar y ver a todas las personas que ahí estaban (como siempre) y las piernas me temblaron todo el trayecto que tuve que caminar para encontrarme con los anfitriones. Al cruzar la última calle pensé en lo fácil que sería no moverme a tiempo y dejar que el automóvil verde que se aproximaba me golpeara lo suficiente como para tener una excusa "real" para no ir pero enseguida me dije que era una idea estúpida ¡más que estúpida! no puedo llegar a tanto, ¡no puedo dejar que mis miedos se apoderen de mi vida! ya no. Avance a tiempo y acudí a la reunión, como siempre y me la pase al inicio bastante mal, tan mal como habitualmente... al final mejoró lo suficiente porque se fue la mayoría y sentí finalmente que podía respirar.
La idea estúpida que cruzó por mi mente, sin embargo, me atormento en la noche y lo hace aún ahora. Que idea tan tonta ¿como pude llegar a pensarlo? Jamás, jamás, jamás. ¿Que diría mi pobre madre si supiera que pensé eso? ¿Que diría mi papá, mis hermanos? Les rompería el corazón. Ahora me da mucha vergüenza haber llegado a pensar una cosa tan idiota. Que mal se ve plasmada aquí cuando es uno de mis peores secretos. No pensaré en una idea tan estúpida de nuevo. Nunca más, nunca más.
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