viernes, 25 de febrero de 2011

Frustración inútil

A veces siento que tengo el corazón partido y no se muy bien por que. Supongo que puede deberse a que a veces siento que mi vida no marcha como la había planeado a los 8 años, a que la soledad que yo he provocado me ahoga o, recientemente, a que nadie aprecia mi trabajo. Lo que hago entonces es cantar y cantar (aunque no tengo ni un poco de buena voz) cuando nadie puede escucharme generalmente canciones de despecho que nada tienen que ver conmigo o mi vida real pero que me ayudan bastante a liberarme.

Tengo que solucionar varias cosas conmigo y estoy consciente de eso pero tengo pereza de hacerlo. Lo que quisiera es irme a algún lugar natural y solitario y acostarme en el pasto a ver las nubes cambiar de forma. Estoy un poco renuente a hacer bien mi trabajo aunque lo adoro porque la frustración de que no todo marche bien me desespera y siento (y se) que yo y solo yo puedo arreglar lo que me molesta. Es una frustración inútil que me hace enojar y decepcionarme del mundo y que acaba siendo desquitada y reflejada en mi habitación y en mi oficina: ambas están vueltas un absoluto desastre que da vergüenza.

Mañana voy a llegar a trabajar y a recoger todo mi desastre. Llamare a todos aquellos a los que les he pospuesto la cita y me enfrentare a los reclamos pendientes aunque me den sonrojos terribles y me tiemblen las piernas. El fin de semana haré lo propio en casa. Y supongo que me mirare al espejo, llevo muchos días saliendo de casa sin peinarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario