Nunca me gusto mucho mirarme al espejo. No es que no me interesara mi apariencia, es que no me interesaba demasiado; mas que estar consciente de mi falta de belleza o guapura (que carezco de ambas absolutamente en igual forma), siempre tuve esa vaga idea de que mi apariencia no importaba porque no era una persona fea, al menos no tanto.
En mis años escolares mas básicos incluso tuve un poco de suerte, que hoy me arrepiento un poco de no haber aprovechado, con el sexo opuesto; en mis épocas mas turbulentas no falto quien se acercara a mi con otras intenciones y se enfrentara a mi rechazo mas que por tenerlo por el hecho de que yo no entendía la dinámica. Por supuesto, tampoco falto nunca el buen amigo (y el no tan bueno ni amigo) que se diera cuenta de mis torturas internas e hiciera énfasis en mi apariencia con afán de que yo la "mejorara, aprovechara o no la valorara tan poco".
El resultado, aun con buenas intenciones, fue bastante malo para mi pues en mi ultimo periodo como estudiante sentí que mi autoestima se caia al suelo en cuanto a mi apariencia se referia, mi timidez con el sexo opuesto se acentuó demasiado y vaya, caso perdido completamente. En mi cabeza, sin embargo, me hice el propósito de que algún día lograría superar mis inseguridades, mi timidez y etc. para poder disfrutar de todo lo relacionado con mi apariencia, como lo hacen todas las personas normales.
Me hubiera ayudado que el tiempo se hubiera detenido para que me dejara pensar pero obviamente no lo hizo. Y los años pasaron casi sin que me diera cuenta, la escuela se acabo para siempre y el mundo laboral me absorbió y yo deje que lo hiciera para esconderme en sus ocupaciones. Sigue sin gustarme mirarme al espejo pero lo hago mas a menudo por afán de madurar un poco y las ultimas veces he descubierto con espanto que la juventud se me ha escapado sin que yo pudiera aprovecharla. En mi rostro empiezo a ver los primeros indicios de arrugas, siento en todo mi cuerpo las señales de que ya no soy tan joven como antes y me doy cuenta cada día de que he pasado demasiado tiempo pensando sin hacer nada por mi.
Mas que una cuestión de vanidad, que si la hay claro esta, me asusta la idea de verme como una persona envejecida y acabada cuando sigo sintiéndome como el pequeño infante asustado que no se entiende así mismo, al que no le gusta salir de casa y tiene miedo de convivir con personas. Supongo que tenia un poco de sentido cuando era menor de edad o hasta adolescente pero ¿Que excusa tengo ahora? Ninguna, es la respuesta y ese es precisamente lo que me hace asustarme de mi juventud perdida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario